"Si te pasas, te lo pierdes" también en el Live Spring VLC

El pasado jueves 3 de mayo tuvo lugar la celebración, en el Puerto de Valencia, el Live Spring Valencia, un evento organizado con motivo del inicio de los exámenes finales y en el que se llevaron a cabo diversas actividades de tipo lúdico y cultural en las que participó la ONG Controla Club.

Durante la fiesta los mediadores sociales de la ONG repartieron 4.500 guías de consejos prácticos con información y recomendaciones con los que los jóvenes “se lo pueden pasar bien de fiesta controlando”, y realizaron 360 encuestas de opinión entre los asistentes para evaluar el grado de percepción del público sobre este tipo de eventos.

Según los datos extraídos de las encuestas, el 92’6% de los asistentes ha afirmado que prefiere este tipo de celebraciones al botellón y que no tiene ninguna voluntad de molestar, de ensuciar ni de crear problemas a la sociedad en la que viven, que quieren controlar lo que beben, e incluso que ayudarían a facilitar la organización de este tipo de eventos.

DIVERSIÓN SÍ, BOTELLÓN NO

El Live Spring VLC ha sido una fiesta organizada, según la tradición universitaria, para despedir las clases y antes de encerrarse a estudiar los examenes finales. Una fiesta perfectamente organizada, en un recinto cerrado, con sus permisos y licencias, en la que los menores de edad tenían prohibido entrar, y con adecuados servicios de seguridad, limpieza y emergencias.

El balance de la actividad así lo atestigua: ningún coma etílico, media docena de intoxicaciones etílicas y un traslado en ambulancia, un balance más que satisfactorio de una experiencia digna de reseñar y que debe ser objeto de estudio y análisis.

Todo esto viene a afianzar el hecho de que el evento que se celebró en las proximidades del Puerto de Valencia no ha sido un botellón incontrolado o un botellódromo teledirigido a alguna zona alejada de los vecinos sin ninguna medida de control con el que quitarse el problema de encima.

Desde el punto de vista de Controla Club, dar la espalda a los jóvenes y prohibir sus celebraciones no es la solución. El consumo de alcohol está permitido a partir de los 18 años y no podemos escandalizarnos continuamente por todo lo que hagan los jóvenes, afortunadamente en esta ocasion ha quedado claro que es preferible organizar las celebraciones universitarias y afrontar los problemas que puedan producirse que no abandonarlos, mirar a otro lado y acusarlos de incívicos y borrachos.

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